jueves, 27 de octubre de 2011

Un momento más que rumiaré.

Tenía días que solo escuchaba tu susurro, 
solo momentos sintiéndote respirando sobre mi cabello. 
Como imán se atraía inmediatamente mi piel a tu presencia.
Te disfruté, me recosté a tu pecho y me abrazó tu tierno regazo de padre;
tus ojos de amigo incondicional. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario