jueves, 27 de octubre de 2011

Un momento más que rumiaré.

Tenía días que solo escuchaba tu susurro, 
solo momentos sintiéndote respirando sobre mi cabello. 
Como imán se atraía inmediatamente mi piel a tu presencia.
Te disfruté, me recosté a tu pecho y me abrazó tu tierno regazo de padre;
tus ojos de amigo incondicional. 

miércoles, 26 de octubre de 2011

Eres tu...?

Quererme tal y como soy, sin cambiar nada para complacerte.
Ser básica en gustos, pero complicada por no ser como las demás.
Notar que ocupo más tiempo reflexionando mis acciones y que su resultado es mi alegre rostro.
Reír al momento que corro las plazas porque detesto ir de compras.
Sentarte a mi lado mientras contemplo la luna reflejada en mi piel.
Disfrutar la música que crean los vagabundos de la vieja ciudad.
Sentir mi corazón y sus estados aunque demuestre lo contrario.
Tocar mi cabello en los momentos indicados.
Besar mi mejilla cuando me torne fría.
Tomar mi mano derecha porque con la izquierda soy más torpe que cualquier otro ser humano.
Ver mis lágrimas aunque no me encuentre llorando.
Comprensión ante las huellas de mi pasado que creí borradas pero que aún arrastro.
Eres tu el que coteja mi oración?

martes, 25 de octubre de 2011

Mi rollito de canela

Un joven de color se sienta mirando con cara de arrepentimiento a una joven quien parece no importarle otra cosa que su avanzada tecnología. Estará el pensando el cómo se lo dirá y hasta cómo reaccionará ella?. El emite palabras sordas mientras ella trata de salir del trance del maldito aparato. 

Una joven de clase media con pantalones de vestir y buen físico, se sienta en una mesa acompañada de nada más y nada menos que uno de esos aparatos, rosado para ser específica. Su pelo cubre la mitad de sus ojos, sus labios delatan una noche agitada, a parte le falta el zarcillo izquierdo. Inicia la acostumbrada acción de llevar sus dedos a la boca para morder sus uñas, cuando le invade el razonamiento de que aún su manicura esta intacta y que debe aguantar un par de días más. 

Esa mirada... 

Es que el joven sentado frente a ella y a tan solo una mesa de distancia, no deja de quedarse embabeado ante común pero atractiva belleza. Piensa en lo hermoso que deben ser sus senos fuera de ese par de rejas textiles, lo delicioso que debe ser besarla y hasta lo buena que debe ser en la intimidad. La chica de pantalones de vestir se para de la mesa y se cambia a otra más alejada, como si la mirada de aquel pervertido fuese capaz de reproducir aquella película. El joven toma sus pertenencias, se para de la mesa lentamente y pasa al lado de la chica con una mirada punzante de pura admiración ante monumental cuerpo. 

Un extranjero pasa junto a su corpulenta dominicana, para serles más franca tenían todo el aspecto de no tener más de 3 días conociéndose, si saben a lo que me refiero. La chica del pantalón de vestir voltea a mirar, traza una traviesa sonrisa en su rostro y se dispone a volver a su maldito aparato. Ese dulce olor que emana alrededor de mi, recorre cada hebra de mis fosas nasales.

El joven de color pasa la mano por su podada cabeza y mira a la joven hipnotizada. Sostiene algo en su mano derecha y empieza su tema de conversación. 

El joven ensacado viene con un trozo gigante de hojas impresas, algo parecido a un contrato legal. Detrás de el camina el convicto, con las manos detrás y cabizbajo. Tomaron aquella mesa que una vez ocupó la joven de pantalón de vestir. Con su aspecto notarial el joven empieza a leer cuidadosamente el contrato que contiene el veredicto final. Aquella joven nota el aspecto elegante del joven, lo admira de pies a cabeza y continúa con su conversación. 

Se acerca un joven y me extiende un papel. Un boleto con valor de $20 pesos. No creo cristianos que piden en las plazas ni mucho menos en aquellos que interrumpan el flujo de mi imaginación, asi que educadamente devolvi aquel trozo de papel y volvi a mi escritura. 

La joven del maldito aparato ya se encuentra discutiendo acaloradamente el tema con el joven de color. Lo que el joven de color tenía en la mano del joven era un pedazo de papel... una foto. Ella tenia cara de haberse encontrado con su difunto padre y que debía encontrar la forna de volverlo a matar para no ver cosas que solo los locos ven. El olor a rollitos de canela me enferma, me hace pensar que seguir una dieta baja en azucares no vale la pena. Total! quien me ame me llevará a la cama con 50 lbs de nalgas! Y espero que sea muy feliz! Sé que lo será.

La chica del pantalon de vestir no deja de admirar al chico del traje quien se encuentra tratando de calmar al convicto, a quien pareció no gustarle la declaracion final del notario. Una mirada mórbida se desliza por la cara de la joven del pantalón de vestir. Al parecer lo pudo notar sin estupor alguno aquel vende boletas que se seguia paseando por las mesas. Solo escuché la bofetada que aquel moreno le pegó a la mujer zombie. Terminó haciéndonos a todos saber que la su muchacha era de cama feliz. Ya solo despues todo fue muchas lagrimas tontas y el asombro para muchos. El olor de los rollitos de canela seguían invadiendo mi nariz, yo solo queria que terminase el drama para ajustarme uno de esos rollos de canela antes de correr a clases. Entra en acción el notario para así dibujarse una "S" en su pecho, todo gracias a la mirada de la chica del pantalon de vestir. El convicto se unió a la separación para calmar a aquella avergonzada mujer. 

Así el convicto ganó su libertad escapando asi de aquella posible condena, conduciendo a la dama a algún lugar lejos de la escena del crimen. El notario trata de calmar los pregones del hombre a lo que el vendedor de boletos se acerca y le pide al notario permiso para encarar con Cristo aquel mercado a las afueras del templo. La joven del traje mira al joven ensacado a lo que este ya sudado y chocado por aquella escena la mira devuelta y se sienta en su mesa. Ella le ofrece de su refresco y el lo sorbe con excitación. Ambos trajeados empiezan a planificar la cena Yo tomo mis cosas, miro la escena que dejé atrás y obedezco a la inminente responsabilidad que atesora mi tiempo y mente... Mi rollito de canela!

domingo, 23 de octubre de 2011

j!^$%

Cuando decidí torcerle la muñeca a la vida no pensé que su grito me ensordecería... creo que ni siquiera pensé que fuera posible j!^$% tanto a la vida. Pero como a quien le dan un punzón en el hígado, sangré hasta ver mi vida casi dañada por mis malas decisiones. No quiero seguir manchándola, pero mi pasado m rastrea como lobo hambriento y se vuelve peor cuando alcanza la luna llena. Solo sé que a ese invisible solo se le ocurre acompañarme a cada instante y que yo solo lo sigo j!^$%. Necesito volver a detenerme, hacer mis listas, dejar de soñar tanto y empezar a encender mis motores. Tanto tiempo varada ha hecho viscoso cada bujía, cada engranaje, cada fluido que supone correr en mi interior. Debo dejar de j!^$% la vida y empezar a limpiar mi desorden.

domingo, 16 de octubre de 2011

Sentimientos

Siento que me voy y vuelvo, que me tiemblan las piernas y se corta mi respiración. Expectativa!!! eso que nos empuja, nos mueve! Amor, quien nos levanta y nos condena. Odio, un sentimiento que debería suicidarse. Decepción, solo me pasa cuando te veo.

sábado, 15 de octubre de 2011

Mi Nínive...

Lo fui todo y lo dí todo, mi Nínive. Tengo los poros tupidos de tu presencia. En serio... nada me haría mejor que un truco de magia a buen precio para descansar de ti. Es más que nada una petición de ausencia momentánea, una prórroga de tu mirada, incapacidad fugaz de escuchar cuando te avecinas. No necesito que te victimizes, no preciso si quiera tus lágrimas... lo que necesito es que de una vez por todas te hagas partícipe de mi dolor. Aquel daño que no es provocado por un sentimiento de amor imposible, sino más bien por la sustitución, el ser aplazado sin haberlo merecido; pues a pesar de cualquier cosa que pueda estar pagando en esta vida nunca te mostré incondicionabilidad, vaina de la cual me siento castigada por tu paga barata.

jueves, 13 de octubre de 2011

Mi alma Colombus

Qué es lo que quieres de este mundo?
Por qué tantas lágrimas disfrazadas de sueños?
Tu incapacidad e inseguridad da, vueltas por todo tu universo.
Esperas que este poste sostenga por más tiempo mi reposada espalda?
Ya no conviene mirar tus ojos pues tu alma es como el inicio del mundo;
tanto vacío, tanto desorden, tantos tal vez, tantos quizás...
Algún día sorprenderás mis manos resguardadas en otro pecho,
mis sueños yuxtapuestos a otra mente,
mi alma viajando sobre otra Niña, otra Pinta y otra Santa María.

Promesas rota

Si existe algo en lo que creo mucho es en las palabras y en como estas son capaces de cambiar para bien o para mal una situación. 

Es como que un padre sepa lo que su hijo quiere de navidad, le promete que intentará hacer su mejor esfuerzo para hacer eso realidad, hasta hace esto su meta del año. Le recuerda al niño que a final de año tendrá eso tan anhelado en sus manos y este niño es capaz de cambiar su comportamiento, sus notas, todo con tal de que nunca le nieguen lo que le fue prometido. Entonces empieza a llegar diciembre y el niño se queda expectante de su regalo prometido y empieza a preguntar el status de su regalo. Su padre ya no muestra la misma cara de entusiasmo pues en el proceso del año sus prioridades han cambiado y empieza a decirle al niño o a demostrarle que su regalo está EN PELIGRO de no llegar. Pero el niño, aún bajo la esperanza necia continúa en espera de que podrá tener lo que le fue prometido y con lo que tanto soñó. Llega diciembre y todo menos su regalo llega a estar debajo del arbolito...

Es decepcionante, es triste, te desilusiona, te quita el apetito o te llena de ansiedades, empiezas a ver qué fue aquello que NO hiciste que pudo haber provocado el incumplimiento de aquellas palabras una vez dichas.

Tengamos mucho cuidado cuando prometamos servir, amar, colaborar, hacer o dar pues al final puede que dejes a muchas personas esperando algo que nunca llegará. A veces debemos aprender a callar en lugar de decorar con sílabas y acentos los momentos o circunstancias que nos rodean.

Esta estación...

Quizás puedas ser luz a todo lo que me pasa o tal vez produzcas una confusión más profunda de la que ya rueda por mi cabeza. Fue memorable el día que por primera vez alguien vio en ti un prospecto para calar en mis huesos para hacerlos temblar y que le haya hecho caso. Fueron tus palabras las que animaron cada día de ese verano, produjeron en mí aquella necesidad de guardar provisiones para el invierno, mi combustible, mi ánimo, mis fuerzas, la razón para procurar tanto la tecnología.
Pero hay que saber sembrar en buena temporada pues de lo contrario te atrapan las estaciones en mal momento y son capaces de destruir lo que tanto trabajo te dio que naciera. Nunca entendí lo que era un amor de verano pues nunca me di a la tarea el vivir tan absurda e inmadura etapa de la vida de cualquier adolescente. Creo que me privé de muchas cosas por mis vivencias y frustraciones ya fuesen vividas en carne propia o vistas como ángel de la guarda de otros humanos. Pero hoy no me toca hablar de mis frustraciones, mas bien quiero sacar dentro de mi lo que bipolariza mi sonrisa, lágrimas y cuerpo; curva mi esperanza y encarcela mi fe.

Tenerte cerca hubiese sido lo ideal si dentro de tus planes estuviese yo como lo habíamos hablado. Pero se interponen hermosas mariposas en el camino que distraen tu sur y te llevan al norte. "De dónde salen tan hermosas alas? por qué aún sin pronunciar palabras siento que comprendo su vuelo?", te preguntas sin pudor. Viras el timón de tu vista y encallas tus esperanzas en aquello que te produce soñar día tras día. Y yo en mi muelle, con las cartas esculpidas en mi cabeza, con las ganas de morder aquella ilusión, con el deseo de entregar mi alma sin miedo. Y tu en tus mapas, trazando el próximo viaje a tu isla de mariposas, listo para bautizar un barco con su nombre y recorrer el mar caribe.

Tonta fui al creer que no destrozarías mi corazón ya otras veces molido y restaurado. Porque si nos abrimos a un nuevo amor debemos estar conscientes de que debemos mostrar nuestra alma y vencer los prejuicios. Debí seguir mi instinto y darte solo migajas, debí conocer tus palabras, debí, debí, debí... y quedo en la deuda sin saber cómo pagarle tanto derroche a mi alma.