martes, 10 de abril de 2012

Casi lo olvido

Me encanta ver los muñequitos (dicho asi a las caricaturas en mi país). Recuerdo uno de esos episodios donde uno de los personajes es engañado de tal forma que el malvado del corto es capaz de hacerle pensar que su casa le pertenece a el, el persona engañado tome sus pertenencias, las empaque en una especie de tela y se retire tristemente hacia el horizonte. Me reía tontamente al recordar como este personaje se sobresaltaba entrando en si y reclamando su propiedad como SUYA.

Hoy tuve un momento donde el enemigo astutamente me decia que aún habian áreas de mi vida que le pertenecian y que no sería capaz de entregarlas por completo a Dios porque aún le tengo muy poca confianza. He tenido que despertar a esta hora para recordar algo que casi olvido:

2 Corintios 5:17-20 dice:
“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.”


Entonces si soy nueva hechura el dia que entregué todo lo que era, por qué aún no soy capaz de entregar:

* Mi lengua
* Mi miedo a nunca graduarme
* Mis llamados ministeriales
* Mi temor a que no se cumpla la palabra sobre mi ayuda idónea.

Es una pregunta que hoy tiene respuesta. Hoy retomo lo olvidado y lo re-asumo.
A quien me lee, si alguna vez escuchaste declarar palabras que no perteneces a alguien que ha dicho amar a Dios, te pido perdón. No me juzgues, no me copies. Acércate con amor y amonéstame. Estoy dispuesta a aprender lo que durante 25 años mi cultura y familia han implantado en mi.

No hay comentarios:

Publicar un comentario